Durante la década de los 60, el barrio marginal conocido como Cocina del Infierno en Nueva York se convirtió en un entorno de lucha y supervivencia para sus habitantes. En el corazón de este barrio se encontraban la iglesia de los Santos Ángeles y su escuela, que servían como un refugio vital para los niños marginados. Este contexto de desolación y desesperanza se convierte en el escenario principal de Los hijos de la calle, una historia conmovedora centrada en cuatro amigos que buscan redimir sus vidas en medio de la adversidad.
John, Lorenzo, Michael y Tommy son los protagonistas de esta narrativa. Estos cuatro jóvenes, cuya única guía moral es el padre Robert Carillo, luchan por encontrar un sentido de dirección y propósito en un entorno que parece estar en constante conflicto. El padre Robert Carillo, un hombre criado en las mismas calles que los jóvenes, representa la figura de esperanza y guía en medio de la oscuridad que rodea a Los hijos de la calle. Su experiencia y conocimiento de la vida en Cocina del Infierno lo hacen particularmente apto para ayudar a estos niños a mantenerse en el camino correcto.