El año es 2022. Un nuevo virus, apodado «Leviatán», se ha extendido por el mundo con una rapidez aterradora. La tasa de mortalidad no es del 1% como se predijo inicialmente, sino de alrededor del 98%. La sociedad se ha derrumbado. Las ciudades son paisajes desolados llenos de edificios vacíos y vehículos abandonados. Los pocos supervivientes se esconden en pequeños grupos, luchando por encontrar comida y agua potable.