Después de salir de la prisión, el ladrón de bancos Zequi se dispone a recuperar el dinero robado que fue
enterrado por su cómplice, pero se horroriza al saber que un gimnasio de secundaria está ahora sobre el sitio donde el botín está escondido. Para infiltrarse en el edificio, Zequi consigue un trabajo como maestro sustituto para un grupo de estudiantes indisciplinados y, mientras intenta establecer el orden, se da cuenta de que la vida en la cárcel era más fácil que lidiar con estos jóvenes.