Robert William Pickton, uno de los asesinos en serie más notorios de Canadá, cometió sus crímenes en su granja ubicada en Port Coquitlam, Columbia Británica. Nacido en 1949, Pickton comenzó su carrera como granjero de cerdos, pero su vida tomó un giro oscuro cuando se convirtió en un depredador de mujeres. Entre 1997 y 2002, secuestró, asesinó y desmembró a numerosas mujeres, en su mayoría trabajadoras sexuales que frecuentaban el distrito de Downtown Eastside de Vancouver. Utilizaba su granja como un escenario macabro para ocultar los restos de sus víctimas, que a menudo eran procesados y mezclados con el pienso para cerdos, lo que dificultó la detección de sus crímenes.
Pickton fue arrestado en 2002 después de una serie de investigaciones policiales que finalmente revelaron la magnitud de sus atrocidades. Durante el juicio, en 2007, se le condenó por seis asesinatos, aunque se le atribuyen al menos 49 muertes. El caso de Pickton reveló fallos significativos en el sistema de justicia canadiense, especialmente en la forma en que las autoridades trataban a las mujeres en situación de vulnerabilidad. La investigación y el juicio de Pickton provocaron un intenso debate sobre la eficacia de la policía, el estigma asociado a las trabajadoras sexuales y la necesidad de una mayor protección para las personas en situaciones de riesgo. Su caso también llevó a una mayor conciencia sobre la importancia de abordar los problemas sistémicos y las desigualdades sociales en la prevención de tales crímenes.